El eje de festival era la ALEGRÍA.

Podría sintetizar así: "La alegría se convierte en hábito virtuoso cuando se orienta de forma permanente hacia el bien, es decir, hacia la plenificación tanto propia como de las demás personas, y no hacia su embrutecimiento o destrucción."

"Sólo entonces cabe hablar de alegría felicitaría, alegría capaz de hacernos felices. Aunque sufra, el sufrimiento del virtuoso es aceptado, maduro, digno de contento, alegre."

"Dicho de otro modo, la alegría es el resultado de una vida vivida conforme a la virtud: no hay posibilidad de virtud sin alegría, sea ésta interior, exterior, o interior y exterior. Así como un santo triste es un triste santo, un no-santo, así también un virtuoso triste sería un triste virtuoso, es decir, un no-virtuoso".

En medio de malabares, circo, magia, y grandes talentos musicales se explotaba lo más hermoso que tiene el hombre: la alegría de estar vivo, de ser un ser humano que ama la vida y lo que hace RESPLANDECER es saberse amado hijo de Dios.

Peregrinación a Pie a la Basílica Foto compartida por Valerie

a la Basílica, Tercer y último descanso Foto compartida por Alba Mayorga

Celebración Eucarística de la Diósesis de Tula en la Basílica Foto Compartida por Yuye Mayorga

en Atitalaquia Foto de Valerie